4 tips para gestionar el riesgo crediticio en tiempos de incertidumbre
Los líderes empresariales y economistas habían estado debatiendo sobre el momento en que ocurriría una próxima recesión y sus desencadenantes más probables. Desafortunadamente, nadie pudo predecir ni prepararse para la capacidad destructiva del coronavirus (COVID-19).
Los impactos exógenos como las crisis epidémicas y pandémicas son difíciles de controlar. Los países afectados a nivel mundial están considerando una serie de medidas políticas que incluyen garantizar préstamos comerciales, subsidios salariales (para evitar despidos), recortes de impuestos sobre la nómina y expansión de licencias por enfermedad para amortiguar el impacto de la epidemia en la economía.
Independientemente del estímulo económico previsto, el 9 de marzo de 2020, el Dow Jones cayó 7.8 por ciento, un total de 2.014 puntos. Este ha sido el mayor descenso registrado desde la crisis financiera de 2008, seguido de la mayor baja de valores de Dow Jones en marzo de 1987.
Correlación entre recesiones y bancarrotas
CIAL Dun & Bradstreet está siguiendo de cerca estos desarrollos en la economía mundial. Nuestro análisis muestra que las dos últimas recesiones, en 2001 y 2008, han estado acompañadas de aumentos precipitados en bancarrotas (como se puede observar en el cuadro a continuación). La tendencia es muy clara tanto en la Recesión de las Puntocom de 2001 como en la Gran Recesión de 2008.
Durante la Gran Recesión, las bancarrotas comerciales en Estados Unidos aumentaron entre 35 y 40 por ciento durante más de dos años, justo antes de la recesión en sí. Durante ese periodo, Dun & Bradstreet reportó un total de 101,000 quiebras. La velocidad de estas bancarrotas fue dos o tres veces mayor que la del promedio anual reportado durante la expansión económica de 2010 a 2019.
Divergencia del rendimiento entre Dow Jones y las bancarrotas durante las recesiones
[Source: Dun & Bradstreet]
Los bancos centrales están tomando medidas firmes para contrarrestar el impacto del coronavirus. Estas precauciones podrían ayudar a las empresas con certeza financiera que requieren una solución de liquidez a corto plazo, pero, como vimos en 2008, las empresas con una salud financiera débil tienen un mayor riesgo de quebrar. Con antecedentes de más de 10 años de creación comercial expansiva y tasas bajas de bancarrota, es preocupante que una recesión económica pueda resultar en un número de quiebras sin precedentes.
4 tips para gestionar el riesgo crediticio en tiempos de incertidumbre
Es aconsejable que los equipos de finanzas y crédito reevalúen sus políticas de crédito para asegurarse de que:
- Incorporen un equilibrio adecuado de riesgos: Un periodo prolongado de prosperidad económica y quiebras mínimas pueden haber influido en el enfoque de la política crediticia cotidiana, permitiendo un mayor riesgo en la cartera de lo que sería prudente en un entorno de crecimiento lento o de una economía recesiva. Reevaluar la política de crédito de una empresa es necesario para recalibrar el perfil de riesgo de la cartera de clientes nuevos y existentes.
- Establecer límites de crédito adecuados: Se debe aprovechar esta oportunidad para realinear los límites de crédito e informarse acerca de la exposición crediticia que tiene para toda la jerarquía corporativa global de ese cliente. De la misma manera, es aconsejable ajustar los límites de crédito (incrementándolos o reduciéndolos) según la evaluación del riesgo individual de ese cliente.
- Establecer términos apropiados: Evaluar el riesgo potencial de cada nueva oportunidad o renovación del cliente ayudará a realinear los términos de crédito en función de la probabilidad de que el cliente pague a tiempo y dentro de esos términos.
- Monitoreo del riesgo de la cartera: Tal vez con mayor urgencia, se debe considerar implementar el monitoreo del riesgo de crédito de toda la cartera global para identificar los puntos débiles que podrían ocasionar pérdidas por deudas incobrables por posibles quiebras.
Hay oportunidades en cada situación económica. Es posible que muchas compañías necesiten reconocer rápidamente que, si bien las pérdidas por deudas incobrables se han atenuado en los últimos 10 años, es posible que estemos entrando en una nueva realidad económica que requiere un enfoque más activo para la mitigación del riesgo de crédito.
Deje que CIAL Dun & Bradstreet le ayude a comprender el riesgo oculto en su cartera de clientes a través de CIAL360 Credit e identifique cuáles de sus clientes se encuentran en una zona afectada por el coronavirus.